1. Inspección visual:
- Compruebe si hay signos de decoloración o hematomas importantes en los hongos. Los champiñones frescos deben tener un color brillante y vibrante. Deben evitarse los hongos descoloridos o de aspecto opaco.
- Busque imperfecciones, manchas o excesiva viscosidad en la superficie de los hongos. Estos pueden indicar deterioro.
- Examina las branquias (la parte inferior del sombrero del hongo). Los champiñones frescos deben tener branquias firmes y de color pálido. Las branquias oscuras, descoloridas o viscosas pueden ser un signo de deterioro.
2. Prueba de olfato:
- Las setas frescas deben tener un aroma agradable, terroso y ligeramente dulce. Si notas un olor fuerte, acre o desagradable, lo mejor es desechar los champiñones.
3. Textura:
- Tocar suavemente los champiñones. Los champiñones frescos deben sentirse firmes y regordetes. Evite los champiñones que sean demasiado suaves o blandos al tacto.
4. Fecha de vencimiento:
- Si los champiñones están envasados, compruebe la fecha de caducidad o de consumo preferente en el envase. Nunca consumas hongos después de su fecha de vencimiento.
5. Esporas:
- Si los hongos han liberado muchas esporas (una sustancia en polvo marrón o negra), indica que ya pasaron su mejor momento y no deben consumirse.
6. Especies comestibles:
- Asegúrate de poder identificar positivamente los hongos como una especie comestible. Si no está seguro, lo mejor es evitarlos.
Recuerde, si tiene alguna duda sobre la frescura o la comestibilidad de los hongos, siempre es mejor pecar de cauteloso y desecharlos.
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