1. Utilice la sal adecuada:
- Opte por sal fina o sal de mesa para una distribución uniforme y una disolución rápida.
- Se puede utilizar sal marina o sal kosher para terminar los platos, ya que proporcionan una textura más gruesa y se pueden espolvorear encima.
2. Cuándo salar:
- Salar carnes y pescados antes de cocinarlos. Esto permite que la sal penetre y sazone los alimentos de forma más eficaz.
- Para las verduras, agregue sal durante la cocción o justo antes de servir para evitar que queden demasiado blandas o aguadas.
- Para la pasta, añadir sal al agua hirviendo.
3. Cantidad de Sal:
- Una regla general es comenzar con 1/2 cucharadita de sal por libra de alimento.
- Ajusta la cantidad según tu gusto personal y el plato que estés preparando.
- Los ingredientes salados como el queso, los embutidos y la salsa de soja deberían influir en el consumo de sal.
4. Técnica:
- Espolvoree sal uniformemente sobre la superficie del alimento, asegurándose de que todas las partes queden cubiertas.
- Al salar la carne, frótela en la superficie de la carne para ayudar a que penetre.
- Para la pasta, añadir la sal al agua hirviendo antes de añadir la pasta.
5. Pruebe y ajuste:
- Pruebe siempre la comida antes de servirla y ajuste el condimento según sea necesario. Recuerde, es más fácil agregar más sal que quitarla.
6. Terminar con Sal:
- Utilice sal como toque final para realzar los sabores y agregar profundidad a su plato.
- Espolvoree una pequeña cantidad de sal sobre el plato terminado justo antes de servir.
Recuerda, la salazón es un arte que requiere práctica y preferencia personal. Experimenta con diferentes cantidades y técnicas hasta encontrar el equilibrio perfecto de sabores que se adapte a tu paladar.
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