Paso 1:Verifique las correderas del cajón
- Inspeccione las correderas del cajón debajo del cajón para ver si están sueltas o no funcionan correctamente.
Paso 2:Apretar los tornillos
- Si las guías del cajón están sueltas, apriete suavemente los tornillos que las sujetan en su lugar con un destornillador.
Paso 3:Limpiadores de vías
- Asegúrese de que los rieles del cajón estén limpios y libres de residuos. Retire el polvo o la suciedad con una aspiradora.
Paso 4:agregue la tira de fieltro
- Si los cajones aún se abren con facilidad, puedes intentar añadir una fina tira de fieltro en el interior del riel. El fieltro proporcionará más fricción y evitará que se deslice.
Paso 5:Lubricante deslizante
- Aplique una fina capa de lubricante deslizante a las orugas para reducir la fricción y garantizar un movimiento suave.
Paso 6:Inspeccionar los rodillos
- Compruebe si los rodillos de las guías del cajón están dañados o rotos. Si es así, reemplácelos por otros nuevos.
Paso 7:Topes de cajón
- Considere instalar topes de cajón, pequeños dispositivos de goma o plástico, en la parte posterior de los rieles deslizantes del cajón para evitar que los cajones se desplieguen por completo.
Paso 8:Ajuste los rieles del cajón
- En algunos casos, los rieles del cajón pueden estar desalineados, lo que hace que el cajón se salga. Ajuste con cuidado los rieles hasta que el cajón se mueva suavemente.
Paso 9:Pruebe los cajones
- Después de realizar los ajustes o reparaciones necesarios, pruebe los cajones para asegurarse de que permanezcan en su lugar.
Recuerde, si no está seguro de algún paso o si el problema persiste, lo mejor es buscar ayuda de un profesional para evitar daños o complicaciones adicionales.
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