1. Selecciona Mejillones Frescos :Antes de comprar mejillones, comprueba que estén frescos. Asegúrese de que las conchas estén bien cerradas y firmes, sin conchas rotas o agrietadas. Evite los mejillones con la concha abierta o con malos olores.
2. Remojar en agua salada :Coloque los mejillones en un bol o recipiente grande lleno de agua fría con sal. Utilice una proporción de una cucharada de sal por cada galón de agua. Remojar los mejillones en agua salada les ayuda a eliminar la arena o los sedimentos de sus conchas.
3. Refrigerar :Introducir en el frigorífico el bol o recipiente con agua con sal y los mejillones. Asegúrate de que los mejillones queden completamente sumergidos en el agua. Cubra el recipiente con una tapa o una envoltura de plástico para evitar la contaminación.
4. Deseche los mejillones abiertos :Antes de cocinar, inspeccionar nuevamente los mejillones. Deseche los mejillones que se hayan abierto o tengan la concha rota. Es probable que no sean seguros para consumir.
5. Usar dentro de las 24 horas :Los mejillones deben almacenarse durante la noche y, por lo general, es mejor consumirlos dentro de las 24 horas siguientes para obtener la mejor calidad y sabor.
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