2. Una vez precalentado el grill, apágalo y déjalo enfriar unos minutos. Esto facilitará el manejo de las rejillas.
3. Retira las rejillas de la parrilla y frótalas con un cepillo duro y un desengrasante. Asegúrate de entrar en todos los rincones.
4. Enjuague bien las rejillas con agua y déjelas secar por completo.
5. Mientras se secan las rejillas, limpie el interior de la parrilla con un paño húmedo. Asegúrese de deshacerse de la grasa o la suciedad.
6. Una vez que las rejillas estén secas, vuelve a colocarlas en la parrilla y enciéndela a fuego alto durante unos minutos. Esto ayudará a quemar cualquier residuo de limpiador.
7. Apaga la parrilla y deja que se enfríe por completo.
8. ¡Tu parrilla ahora está impecablemente limpia y lista para usar!
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